La comunidad artística está preocupada cada vez más por la presencia Webs que venden fotos tratadas digitalmente, pretendiendo imitar los retratos hechos a mano y que son impresas sobre papel artístico o un lienzo.
El avance tecnológico nos facilita mucho la vida y el trabajo, pero hay personas que se aprovechan de ello para llevar a cabo prácticas fraudulentas. Una de estas prácticas consiste en ofrecer retratos aparentemente hechos a mano, los cuales en realidad son las mismas fotos tratadas digitalmente. A pesar de ser meras imitaciones, son sorprendentemente creíbles. Para ello, se utilizan impresoras profesionales sobre papel artístico o un lienzo y, además, pueden ser procesadas manualmente para conseguir una apariencia más verdadera: por encima de la foto imprimida se añaden o bien trazos a lápiz, o bien pinceladas con pinturas o geles espesos con el fin de darle ese relieve característico del óleo. Hay imitaciones que se ven a simple vista, pero hay algunas que no son tan fáciles de diferenciar incluso para un profesional. Les doy algunas pistas para poder distinguirlas:
El precio: El precio es sospechosamente bajo comparando con los precios medios del mercado. Pero no siempre se da este caso, ya que he visto que a veces se ofrecen imitaciones de retratos a lápiz a un precio en torno a unos cien euros, que no es nada barato. El tiempo. Le ofrecen un retrato con un tiempo de elaboración muy corto. Se utilizan formatos técnicos de papel como A4, A3…, los cuales son más adaptables a las impresoras. Las medidas de los papeles artísticos y lienzos son diferentes. En esas Webs no suelen aparecer las fotografías de los propios artistas. No hay ni videos ni fotos de las etapas del proceso del trabajo.
La señal más evidente que hay es la presencia de detalles pequeños e innecesarios pero muy precisos. Un verdadero artista no hace una copia exacta de una foto, sino que lo interpreta a su manera, quitando detalles innecesarios. Dichos detalles, aparte de que pueden perjudicar la idea artística, suponen horas o incluso días adicionales de trabajo que encarece el presupuesto,
pero no favorecen al resultado. Por otra parte, para un diseñador gráfico ocurre justo lo contrario: le cuesta demasiado trabajo quitar o modificar los detalles pequeños, por ello suelen aparecer igual que en la foto original. Si os dan el mismo presupuesto para, por ejemplo, un retrato con solo la cara y por un retrato con un fondo complejo, puede ser señal de que se estén utilizando medios tecnológicos para facilitar la tarea.
Espero que con este artículo os sea útil para la siguiente vez que deseéis encargar un retrato por Internet.
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